En los últimos siete meses, más de 3,500 inmigrantes cubanos han fallado en su intento de ingresar a Estados Unidos, la mayoría de ellos fueron rechazados por autoridades migratorias de la frontera con México en Laredo (Texas).
De acuerdo a información de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, en inglés), el número es inferior comparado proporcionalmente con los 15,410 cubanos que no fueron admitidos en el país durante todo el año fiscal 2017.
A partir de que el expresidente de Estados Unidos, Barack Obama, canceló la política de “pies mojados/ pies secos” (decretada en 1995) que favorecía a los cubanos que llegaban a tierras norteamericanas, el flujo de inmigrantes de la isla se ha reducido notoriamente.
Ahora todos los cubanos que quieran ingresar a EEUU, ya sea por tierra, mar o aire, deben de llegar con documentos legales o tienen la alternativa de pedir asilo político bajo un argumento de “miedo creíble de regresar a Cuba” aunque serán detenidos durante meses y sin la certeza de que sean aceptados en el país.
Pero no toda esperanza para los isleños ha acabado, ya que aún cuentan con el beneficio de la Ley de Ajuste Cubano, que aplica a cualquier nativo o ciudadano de Cuba que haya sido inspeccionado y admitido o liberado en los Estados Unidos después del 1 de enero de 1959. Esta ley ofrece a los cubanos el derecho de quedarse legalmente en el país, y ajustar su estatus migratorio al año y un día, solicitando residencia permanente, además de su acceso a la ciudadanía en 5 años.